Yo ni te conocía, sólo me dedicaba a inventarte en el espacio blanco de mis días...
Una noche, en pleno invierno... tomaste de mi mano y me sacaste del frio.
Tras pasar por aventuras inolvidables, fuimos creciendo y aceptando las verdades de un mundo caprichoso y antojado.
Me solté para apreciar el hermoso paisaje a nuestros pies y al regresar la mirada te habias ido en tus alas.
Jamás volvi a pensar en ti, hasta hoy, que descubro que simplemente tengo el poder de crear y deshacer a mis anchas.
Gracias a mi y al universo complaciente._
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