miércoles, 16 de marzo de 2011

... Crecí de pronto, un día me miré en el espejo y supe que ya había crecido suficiente. Te miré y descubrí un montón de mis errores dueños y culpables de este crecimiento repentino al cual me resisto desde hace años.

... Me descubrí usando ropas de gente grande y entrando a esas tiendas en donde nunca imaginé comprar nada. Un día abrí el closet y miré tantos zapatos con tacón que me di cuenta de que efectivamente pretendía seguir creciendo sin determinación alguna.

... Crecí a punta de lágrimas, de fracasos, de soledades y de compañias de toda clase: las buenas, las malas, las raras, las pasajeras, las interesadas, las del colegio, las de la universidad y etc. Me di cuenta un día de que estaba creciendo cuando mis soledades se volvieron mayoría.

... Me descubrí buscando en el gabetero la pijama temática que usaba todas las noches y tropezándome con una ropa intima que connota a la gente grande sin duda. Te observé de lejos y supe que tenías nuevamente que ver en el resultado de mi búsqueda dueño irreparable de mis pensamientos y amante incansable de mi cordura, tiempo... tu el típico tiempo para crecer.

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